viernes, 19 de julio de 2013

Una noruega violada es condenada en Dubai a 16 meses de cárcel por tener sexo fuera del matrimonio

Marte Deborah Dalelv
Marte Deborah Dalelv, de 24 años, presentó una denuncia por violación en marzo. No la creyeron y paso varios días en una celda. Ahora también la condenan por perjurio y por beber alcohol

Marte Deborah Dalelv es una joven noruega de 24 años que el pasado miércoles fue condenada por un tribunal de Dubai (Emiratos Árabes Unidos) a 16 meses de cárcel por beber alcohol, mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio y por cometer perjurio, pese a que el pasado 6 de marzo denunció haber sido violada. Pero como reconoció el padre de la joven, el tribunal no la ha creído. 
La sentencia ha levantado mucha indignación en Noruega, país de origen de la joven. El Gobierno noruego prometió este viernes respaldar judicialmente a la joven noruega que ha sido condenada en Dubai por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, después de haber denunciado haber sido violada.
"La sentencia en Dubai a una noruega que denunció una violación es contraria a nuestro sentido de la justicia. Le daremos apoyos en el proceso de apelación", manifestó el ministro de Asuntos Exteriores noruego, Espen Barth Eide, a través de su cuenta de Twitter.
El caso muestra "la posición legal de la mujer en muchos países", añadió, para expresar el compromiso del gobierno noruego con los derechos de la mujer, especialmente en este caso.
La prensa noruega se hace eco con estupor de lo ocurrido a la joven, de 24 años, que fue condenada por tomar alcohol y mantener sexo fuera del matrimonio.
La joven presentó una denuncia por violación el pasado marzo, cuando se encontraba de viaje de negocios por ese país. Lejos de lograr la atención que pretendía por parte de la policía, la mujer pasó varios días en una celda, hasta que finalmente entró en contacto telefónico con sus familiares y el consulado noruego.
Gracias a las gestiones del consulado logró la puesta en libertad, en espera de juicio, periodo que ha pasado en una institución eclesiástica, explican medios noruegos.
Esta semana se dictó sentencia contra ella, en la que es condenada a 16 meses de cárcel por relaciones sexuales fuera del matrimonio, beber alcohol y atentar contra la decencia.

Noticia publicada en Publico.es

Ideales estéticos: esclavitud de las mujeres. Las granjas de engorde en Mauritania

Es normal que los cánones de belleza varíen de una cultura a otra. Pero en casi todas ellas estos cánones se convierten en una esclavitud para las mujeres. Si en nuestra cultura miramos con preocupación a nuestras adolescentes que se dejan llevar por modas y publicidad, como vimos en el post anterior (El mito de la belleza y la domesticación de las niñas), en Mauritania, debido a una imposición cultural, una mujer que desee casarse tiene que llegar a los 80 o incluso 100 kilos de peso.

Ideal de belleza en Mauritania
En un país en el que reina la hambruna una mujer con abundantes grasas es vista como un seguro para la reproducción, y esto ha condicionado los ideales estéticos. En Mauritania los hombres las prefieren gordas.

Cierto es que sobre gustos no hay nada escrito y que el cuerpo de una mujer es bello de forma natural, independientemente de modas.  Pero de lo que aquí se trata es de una forma de maltrato y esclavitud más, ya que la obsesión por acumular grasas lleva a cebar a las mujeres desde que son niñas para que después pueda casarse de una forma más ventajosa.

Este proceso se llama el Lebluch, las madre someten a sus hijas de entre ocho y diez años a largas sesiones de engorde. Durante el lebluch las vomitonas, llantos y castigos físicos son frecuentes. Todo es válido con el ansiado fin: convertirlas en voluptuosas mujeres.

Aquellas niñas que se muestran reacias a la ingestión de talto alimento (normalmente leche de camella con mijo y mantequilla) son llevadas a “granjas de engorde”. Solo podrán salir de estas granjas cuando alcancen más de los ochenta kilos. Allí tienen recursos para obligarlas. Llevan pinzas de madera en los pies para causar dolor o les retuercen los dedos hasta que no puedan más y se rindan.

La última moda en la actualidad es tomar la píldora anticonceptiva, siguiendo la falsa creencia de que ésta las hará engordar. Los efectos secundarios, en este caso, carecen de importancia. Gran parte de la población femenina tiene problemas de corazón, tensión arterial alta y dificultad de movimiento. Pero estas enfermedades carecen de importancia siempre y cuando los hombres las prefieran gordas.



A continuación podéis ver un video que pusieron ayer en las noticias del La Sexta.



Aquí pongo el enlace a un pequeño reportaje (07.35 minutos) de National Geographic donde tratan este tema Mujeres cebadas: Ideal de belleza en Mauritania - Vìdeo Dailymotion, de Raul Espert. Este comenta: "Muy al contrario de lo que sucede en la mayor parte del mundo Occidental donde la delgadez (incluso a veces excesiva) se ha vuelto un valor sublime, dentro de la población árabe blanca de Mauritania, la gordura es sinónimo de belleza así como de riqueza. De acuerdo a una tradición ancestral, muchas niñas -una de cada diez- pasan una temporada en una granja donde son alimentadas por la fuerza hasta verse "gorditas". Todavía se pueden ver en las localidades rurales, mujeres robustas, de paso lento, de manos delicadas -que cuelgan de unos brazos regordetes- cubiertas de coloridos vestidos para protegerse del Sol. "Las hago comer muchos dátiles, cuscús (una comida tradicional del norte de África hecha de trigo) y otras cosas engordantes", comentó Fatematour, una voluminosa mujer de sesenta años que dirige una especie de "Centro de Engorde" en Atar, un pueblo desértico en el norte del país".

El mito de la belleza y la domesticación de las niñas

Este es un post escrito por Ibone Olza en su estupendo blog. Ibone, médica y madre de tres adolescentes, reflexiona sobre el poder de la imagen y la creación de ideales de belleza que esclavizan a las mujeres.

El mito de la belleza y la domesticación de las niñas


“La dieta es el sedante más potente de la historia de las mujeres” 
Naomi Wolf.

Esta frase se me quedó grabada cuando a principios de los noventa leí el libro (imprescindible) “El mito de la belleza“, de Naomi Wolf. En el explica detalladamente como, por culpa de la presión para estar más delgadas, una legión de mujeres brillantes en vez de comerse el mundo y llegar donde les de la gana van a pasar casi toda su existencia amargadas, peleando contra sus cuerpos, haciendo dietas, operándose, sufriendo mucho o incluso muriendo demasiado pronto. Y sobre todo, esa legión de mujeres (muchas de las cuales ni siquiera llegan a estar enfermas desde el punto de vista médico) no van a tener fuerza, energía, ni ganas de competir con sus rivales masculinos, no van a alcanzar puestos de poder, ni van a poder rebelarse ante la tiranía de la belleza. Van a vivir sumisas, anuladas, o domesticadas.

Más tarde me tocó tratar durante años a cientos de chicas jóvenes con graves trastornos de la conducta alimentaria y comprobar hasta que punto lo que describía Naomi Wolf es una realidad absoluta. Ante imágenes como esta que muestra lo que significa ser unaBarbie real es obvio que el efecto de la presión por estar delgada es mucho mayor de lo que se suele pensar.

Ahora, como madre de tres adolescentes sigo muy preocupada por como combatir la infinita presión social en pro de la belleza artificial, la delgadez y la sumisión a esa demoledora tiranía.

Así ando preparando una presentación con la que aportar mi granito de arena y contrarrestar o al menos hacer pensar a los y las jóvenes sobre lo irreal y peligroso del modelo de belleza actual.

Me vienen a la cabeza cantidad de imágenes. Empezando por las muñecas: la Betty spaguetti o las deseadas y terroríficas Monster High, ¿somos conscientes del modelo que estamos inculcando a l@s más pequeñ@s?

En revistas para adolescentes he leído consultas como “Tengo quince años y quiero hacerme las ingles brasileñas, ¿cómo puedo hacerlo?”. He conocido a mujeres menores de edad deseando cumplir los 18 para hacerse la depilación láser integral o aumentarse el pecho. Niñas pequeñas bronceándose con rayos UVA para la primera comunión. Mujeres adultas protestando por los problemas con sus implantes mamarios, denunciándolo sin poder siquiera darse cuenta de que no necesitaban ningun implante, de que los implantes mamarios nunca son necesarios.  Artículos en revistas de divulgación de psicología en los que se afirmaba que “no querer maquillarse puede ser un síntoma depresivo“. Escaparates como este en pleno centro de Madrid con maniquíes imposibles. Chicas o mujeres caminando a duras penas con unos taconazos de vértigo que torturan los pies. Y una mayoría de niñas que piensan que lo mejor que pueden ser de mayores es GUAPAS.
Algunas -poquísimas- empresas desde la publicidad han intentado transmitir un mensaje diferente , algo más crítico y saludable. Me viene el recuerdo de la antigua campaña de Body Shop  a finales de los 90 con su simpática muñeca Ruby la antibarbie y aquel bonito eslogan: “en el mundo hay 3.000 millones de mujeres y sólo ocho son supermodelos“.

Y más recientemente las campañas de Dove por una belleza real  o la de Nike con su video “Suda el jamón” que os pego a continuación. De la campaña de Dove me quedo con esta frase: “Habla con tu hija sobre la belleza antes de que lo haga la industria”.

Añadir que creo que aunque esta presión afecta mucho más a las mujeres que a los varones, cada vez son más los hombres también obsesionados con alcanzar un cuerpo bastante irreal o los chicos que desean tener una “tableta” abdominal como principal objetivo personal. Muchos tomando incluso fármacos bastante peligrosos para lograrlo o machacándose literalmente en los gimnasios.

¿Cómo se combate todo esto? Probablemente empezando por nosotras mismas, revisando nuestros conceptos y comentarios sobre nuestro aspecto, celebrando la belleza en diversidad de cuerpos, formas, tamaños y edades. Protestando, denunciando, cuidando, hablando con nuestros hijos y nuestras hijas. Comiendo juntas, apagando las televisiones, mostrándonos tal y como somos.

Y vosotras y vosotros ¿que opináis?



Entrada publicada en Ibone Olza.