El Ventano publica:
La niña huyó a casa de su tío para evitar que sus padres la casaran, y así lo reconoce en el vídeo. Nada tiene once años y declara que, de haberse casado “no habría tenido una vida, una educación”, para en seguida añadir: “Prefiero morir”. Nada declara que la amenazaron con matarla si huía con su tío, y se pregunta cómo pueden obligarla a casarse en contra de su voluntad. “¿Qué clase de persona trata a sus hijos así?”, se cuestiona ante la cámara. Pone de ejemplo a su tía, que se casó con catorce años y, después de doce meses de matrimonio se roció con gasolina y se prendió fuego. Finalmente, acusa a su familia de haber arruinado sus sueños.
El
número de niñas 'alquiladas' como esposas temporales ha aumentado en Egipcio
tras la revolución de 2011
En los meses de verano, en muchas comunidades rurales de Egipcio se venden o
alquilan miles de niñas de entre 11 y 18 años a hombres adinerados para
contraer matrimonios temporales y poder mantener relaciones sexuales sin
enfrentarse a problemas legales. El número de casos ha aumentado desde las
revueltas de 2011 por el aumento de la pobreza y el desinterés de las
autoridades.
"Es una forma de prostitución infantil disfrazada de
matrimonio. El hombre paga por la niña para quedarse con ella un par de días o
todo el verano, e incluso se la lleva a su país para trabajo doméstico o prostitución,
señala Azza el-Ashmawy, del Consejo Nacional para la Infancia y la Maternidad
(NCCM).
Con los últimos estudios realizados, la NCCM asegura que este comercio de
'novias' ha crecido en el país tras la revuelta popular en 2011 debido al
deterioro de la situación económica, la falta de interés de las autoridades y
la poca efectividad de la policía.
Los padres las entregan a hombres mucho mayores que ellas mediante un acuerdo
de matrimonio temporal, que puede durar desde unas horas hasta años, según el
arreglo negociado, aunque la mayoría dura alrededor de una semana. Tras
regresar a casa, la niña suele ser alquilada de nuevo, por lo que algunas han
pasado por hasta 50 matrimonios antes de llegar a los 18 años.
Los acuerdos se sellan en alguna de las muchas oficinas gestionadas por
abogados que actúan como intermediarios, y es una manera de sortear las
restricciones que rigen las relaciones extramatrimoniales.
Los hoteles y propietarios de apartamentos en Egipto no alquilan a parejas que
no estén casadas. Un certificado de matrimonio, aun si es precario, permite que
los hombres tengan relaciones dentro de la ley. La inmensa mayoría de los
'esposos' son de Arabia Saudí, y en mucho menor número proceden de los Emiratos
Árabes.
Tener relaciones sexuales con menores de edad es ilegal en Egipto, por lo que
los intermediarios también ofrecen certificados de nacimiento falsos o
reemplazan el carné de identidad por el de una hermana mayor.
Un matrimonio 'mut'a' o de 'placer' por un día se arregla con 800 libras
egipcias (unos 115 dólares), y uno 'misyar' o “visitante' por todo el verano
cuesta entre 3.000 y 10.000 dólares, dinero que se reparte entre la familia de
la niña y el intermediario.
Otra noticia sobre el mismo tema publicada en el diario El Confidencial:
El drama de los matrimonios temporales: “Algunas niñas se
casan 60 veces”
Nada al Ahdal es una guapa niña yemení de once años
que, a través de un estremecedor vídeo que cuenta con más de ocho millones
de visitas en Youtube, ha denunciado la complicada situación le ha tocado
vivir. Las declaraciones de la pequeña fueron colgadas en el sitio web por el
Instituto de Investigaciones de Medios de Comunicación en Oriente Medio
(MEMRI). Nada explica su comportamiento y reivindica con una lucidez
pasmosa su compleja situación, y la de otros muchos niños.
La niña huyó a casa de su tío para evitar que sus padres la casaran, y así lo reconoce en el vídeo. Nada tiene once años y declara que, de haberse casado “no habría tenido una vida, una educación”, para en seguida añadir: “Prefiero morir”. Nada declara que la amenazaron con matarla si huía con su tío, y se pregunta cómo pueden obligarla a casarse en contra de su voluntad. “¿Qué clase de persona trata a sus hijos así?”, se cuestiona ante la cámara. Pone de ejemplo a su tía, que se casó con catorce años y, después de doce meses de matrimonio se roció con gasolina y se prendió fuego. Finalmente, acusa a su familia de haber arruinado sus sueños.
Como recogía recientemente la agencia Efe, la madre de
Nada ha pedido a las autoridades de Yemen que le devuelvan a su hija,
prometiendo que es mentira, que no hay intención de casar a la niña y que es su
tío quien la ha puesto en contra de sus progenitores. Al parecer, la
autenticidad del vídeo no ha sido comprobada con el rigor necesario, pero
no por ello las palabras de Nada resultan menos impactantes. Está colgado
en Youtube y tiene restringidos los comentarios.
En cualquier caso, la historia de Nada al Ahdal responde a
una realidad generalizada, pues unas 38.000 niñas se venden para casarse
cada día, minándose así sus esperanzas de recibir una educación o disfrutar de
una autonomía. Además, el riesgo de muerte por embarazo prematuro o parto
aumenta considerablemente en estos casos.
Una de cada siete niñas nacidas en los países en vías de
desarrollo se casa a los 15 años, normalmente vendida por su familia. Pero, muy
ligado a estas prácticas, el fenómeno que tiene lugar en Egipto es todavía más
descorazonador. Muchas niñas en las comunidades rurales y pobres tienen que
hacer frente a un matrimonio infantil escalofriante: el temporal.
El fenómeno está más arraigado en países pobres pero que
poseen una infraestructura atractiva para el turismoEl turismo sexual aumenta
en Egipto durante el verano y, al parecer, una de las actividades favoritas
veraniegas de los hombres pudientes de los países del Golfo es desembocar en el
país del Nilo. Como un hombre sin una mujer no es nada,el rico en cuestión se
provee de una mujer para pasar los meses estivales, lo que se traduce en miles
de niñas menores de edad que son vendidas por sus padres para un matrimonio
temporal.
Es extremadamente complejo hallar datos concretos, pues el
turismo sexual infantil es muy difícil de rastrear, pero las Naciones
Unidas estiman que afecta a dos millones de niños cada año. El fenómeno está
más arraigado en países pobres pero que poseen una infraestructura atractiva
para el turismo, como Tailandia, India o Costa Rica.
El turismo sexual infantil es ilegal en Egipto, pero todo se
ha maquillado de manera muy sutil vendiendo a las niñas con fines
matrimoniales, lo que le confiere al asunto un revestimiento de religiosidad,
ya que se sortean con éxito (éxito: no ética) las reglas del Islam,
contrarias a la práctica de sexo prematrimonial. Lo paradójico es que existe,
desde 2008, una ley que prohíbe los matrimonios infantiles, pero su aplicación
es nula, más aún desde el caos derivado de la revolución de 2011.
Estas uniones temporales están consiguiendo que el turismo
sexual en Egipto englobe lo peor del matrimonio infantil y la cara más turbia
de la prostitución con menores. Las niñas deben hacer frente a las mismas
obligaciones que en un matrimonio a largo plazo –lo que en algunos casos
incluye las tareas del hogar– pero también se someten a las rutinas que viven
los niños comprados para prácticas sexuales en otros países.
“Algunas niñas han estado casadas 60 veces cuando llegan a
los 18 años”, comenta un oficial del gobierno egipcio y la cifra, que parece
casi imposible, se vuelve factible cuando aclara que “muchos matrimonios duran
sólo un par de días o de semanas”.
La Unidad Contra el Tráfico de Niños, del Consejo Nacional
para la Infancia y la Maternidad, realizó un estudio que reveló que el 75 por
ciento de los de los encuestados (todos ellos habitantes de comunidades
rurales) conocían chicas que habían estado involucradas en este comercio, y la
mayoría consideraba que estas prácticas iban en aumento.
Se estima que la inmensa mayoría de los compradores
proviene de los países del Golfo, con un 81 por ciento de Arabia Saudí, un 10
por ciento de los Emiratos Árabes y un 4 por ciento de Kuwait.
Además, el estudio calcula que los matrimonios
veraniegos cuestan entre 2.800 y 10.000 dólares (2.107 y 7.527 euros
respectivamente). Las uniones que duran un día o dos cuestan como mínimo unos
115 dólares (86 euros).
Desde principios de 2011, con la destitución y la
consecuente condena a cadena perpetua del presidente Mubarak, la economía
egipcia ha caído en picado. El desempleo aumenta y los servicios públicos no
están ofreciendo sus mejores prestaciones. Las familias rurales necesitan
desesperadamente ingresos y, movidas por el sentimiento de que la práctica
está socialmente aceptada, presionan a las niñas que entran en la pubertad para
que se presten a estos breves matrimonios, según informa el estudio del
gobierno. “Las niñas saben que sus familias las explotan, no pueden entender
que sus padres las vendan”, dice el oficial egipcio. Declaración que, sea o no
completamente auténtico el vídeo, casa a la perfección con las dolidas
reivindicaciones que hace la pequeña Nada al Adhal cuando reclama que no le han
dejado cumplir sus sueños.
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