En 1968, en plena batalla contracultural estadounidense, un grupo de mujeres se armó para abolir los estamentos de una sociedad patriarcal. Sus armas no fueron el fusil ni la pistola, fueron la magia y el hechizo, el teatro de guerrilla y los conjuros. No volaban, pero se convirtieron en las nuevas herejes de la estructura social de género a través de la iconografía y literatura de las brujas, y en pocos meses habían multiplicado su miembros en diferentes ciudades.
W.I.T.C.H., Conspiración Internacional de las Mujeres del Infierno, resurgía de las cenizas de miles de mujeres quemadas en la hoguera para unirse a la fiesta contracultural que pretendía cambiar el mundo.
W.I.T.C.H .CONSPIRACIÓN INTERNACIONAL DE LAS MUJERES DEL INFIERNO
Corría el año 1968 cuando la utopía del movimiento contracultural estadounidense parecían una realidad palpable. El movimiento Black Power se había convertido en una máquina unidireccional de liberación que aglutinaba y alimentaba los sueños de una comunidad entregada. La oposición a la guerra de Vietnam, el movimiento hippie en su versión más radical con los Weathermen, la SDS (Students for a Democratic Society) o los Black Panthers como organizaciones políticas, junto a las reivindicaciones artísticas y musicales de una nueva generación que clamaba a gritos un cambio social radical se convirtieron en el principal demonio autóctono del gobierno de Estados Unidos.
Todavía faltaban unos años para que algunos de estos grupos pasaran a la acción armada y la idea de que la revolución era posible a través del arte aún alimentaba las esperanzas de cambio.
Muchas mujeres tomaron parte en esa marcha de transformación como miembros de asociaciones mixtas, pero fue también bajo ese firmamento revolucionario contracultural donde observaron que en la cruzada por la conquista del nuevo mundo no se había contado con las mujeres, y no dudaron en dar un golpe sobre la mesa de debate de quien por entonces era la Nueva Izquierda.
Exorcismo W.I.T.C.H. en la Universidad de California |
Así nació W.I.T.C.H., como un grupo activista de mujeres inspirado en las agrupaciones mixtas de la contracultura estadounidense que no toleraba dejar de lado la cuestión de género en la conquista de una nueva sociedad.
Susan Wildburg, de W.I.T.C.H., escribió al respecto que “contemplaban cómo se repetían los viejos esquemas machistas, la misma ideología patriarcal que habían sufrido ellas mismas, sus propias madres y las madres de sus madres. Las viejas organizaciones no les servían; los viejos grupos radicales estaban agotados… Esa construcción de la nueva sociedad, que parecía ser obra exclusiva de los hombres, excluía los derechos de las mujeres y planteaba la lucha siempre en términos femeninos y nunca feministas. El debate del machismo dentro de la izquierda resultaba incómodo y áspero para muchos militantes, incluso ingrato. Nadie quería hablar de ello. La lucha feminista se proyectaba como una ausencia, una lucha contra el espejismo idealista de los hombres de izquierda condescendientes con sus mujeres.”
De esta forma, en plena combustión política, las mujeres reabrían un nuevo paradigma, el feminista, que si bien procedía de la tradición de las sufragista, se mantenía al margen de las principales reivindicaciones.
Aparecieron multitud de grupos exclusivamente de mujeres que reflexionaban sobre su papel en la revolución social y donde eran ellas mismas quienes proponían y deliberaban sobre la problemática de género en la estructura social desde un punto de vista genuinamente de mujer.
De entre los distintos grupos feministas de finales de los sesenta apareció W.I.T.C.H., Conspiración Internacional de las Mujeres del Infierno, quizá uno de los más seductores y singulares de todos ellos.
Tenían la teoría y contaban con la experiencia como militantes de grupos mixtos, pero faltaba completar el grupo con una metafísica. Fue así como Robin Morgan, una de las principales fundadoras, terminó de darle forma cuando en una de sus reuniones dijo: “Mirad, tenéis un análisis político, pero no tenéis una cosmología. Sé lo suficiente para comenzar esto. El resto nos lo tenemos que inventar.”
W.I.T.C.H. Comunicados y Hechizos. La Felguera Editores, 2015
Las nuevas herejes
Las miembros de W.I.T.C.H. se auto-declararon brujas, y envolvieron su discurso de un universo esotérico que resucitaba el lado oscuro que había llevado a miles de mujeres a la hoguera. Del pasado se trajeron el relato de todas las mujeres asesinadas por el poder eclesiástico. Inventaron un mundo literario alrededor de un proyecto de acción directa donde conjuros y hechizos se convirtieron en las armas de guerra para acabar con el enemigo. Se abría un firmamento literario que recogía toda la iconografía de la historia de las brujas para asaltar la calle como un espacio público de acción. Su estética facilitó su crecimiento, y al poco tiempo habían contagiado a multitud de grupos de otras ciudades.
Fue en el Gem Spa de Nueva York, el día de Halloween, donde se dieron a conocer. Frente a la presencia de periodistas de diferentes medios de comunicación se agruparon dentro de un círculo dibujado en el suelo para protestar por el juicio a los 8 de Chicago. Fuen cuando juntas pronunciaron su hechizo fundacional:
“En el sagrado y Más poderoso Nombre de W.I.T.C.H., Conspiración Terrorista Internacional de Mujeres del Infierno. Nosotras, Hermanas Brujas del único verdadero Subsuelo, anunciamos nuestra presencia y comenzamos nuestro hechizo.”
Rueda de prensa W.I.T.C.H en Chicago |
W.I.T.C.H. ES UN TODO DE TODAS LAS MUJERES. Es teatro, magia de la revolución, terror, alegría, flores de ajo, hechizos. Es la conciencia de que las brujas y las gitanas fueron las primeras guerrilleras y luchadoras de la resistencia contra la opresión -especialmente la opresión contra las mujeres- a través de la historia. Las brujas siempre han sido mujeres que se han atrevido a ser geniales, valientes y regresivas, inteligentes, inconformistas, exploradoras, curiosas, independientes, liberadas sexualmente, revolucionarias.
Esto posiblemente explica por qué nueve millones de ellas fueron quemadas. Las brujas han sido las primeras cabezas pensantes. Las primeras practicantes del control de la natalidad y abortistas, las primeras alquimistas (convierte todo lo inservible en oro y devaluarás toda la idea del dinero). No reconocían la superioridad de ningún hombre, siendo los vestigios vivientes de la más vieja de las culturas, aquella en la que hombres y mujeres tenían igualdad de derechos en una sociedad verdaderamente cooperadora, antes de que la represión mortífera a nivel sexual, económico y espiritual de la Sociedad Fálica Imperialista tomase el mando y comenzase a destruir la naturaleza y la sociedad humana.
W.I.T.C.H. vive y ríe en cada mujer. Es la parte libre de cada una de nosotras, bajo las sonrisas tímidas, la aprobación ante la absurda dominación masculina, el maquillaje o la ropa asfixiante para la piel que nuestra sociedad enferma nos exige llevar. No hay una casi W.I.T.C.H. . Si eres una mujer y te atreves a mirar dentro de ti, eres una bruja. Crea tus propias normas. Eres libre y hermosa. Puedes ser invisible o visible acerca de cómo elijas dar a conocer tu cara de bruja. Puedes crear tu propio grupo de hermanas brujas (trece es un número acogedor para un grupo) y hacer tus propias acciones.
Todo lo represivo, lo orientado únicamente a los hombres, lo codicioso, lo puritano, lo autoritario, esos son tus objetivos. Tus armas son el teatro, la sátira, las explosiones, la magia, las hierbas, la música, los disfraces, las cámaras, las máscaras, los cánticos, las pegatinas, las plantillas y la pintura, las películas, las panderetas, los ladrillos, las escobas, las armas, las muñecas de vudú, los gatos, las velas, las campanillas, la tiza, los trozos de uña, los cócteles molotov, los círculos venenosos, las mechas, las grabadoras, el incienso y tu propia y hermosa imaginación sin límites. Tu poder procede de tu propio ser como mujer, y se activa al trabajar conjuntamente con tus hermanas. El poder del Grupo es más que la suma de sus miembros individuales, porque es todas juntas.
Tienes el compromiso de liberar a nuestros hermanos de la opresión y de los roles sexuales estereotipados (tanto si les gusta como si no) al igual que a nosotras mismas. Te vuelves bruja al decir en alto soy una bruja tres veces y al pensar en ello. Te vuelves bruja siendo mujer, no dócil, enfadada, alegre e inmortal.”
Robin Morgan, W.I.T.C.H., arrestada. 1970 |
Directas a la calle
En Chicago rociaron con uñas y mechones de pelo el Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago tras el despido de una profesora feminista. Protestaron ardientemente frente a la subida de las tarifas de la misma universidad. Boicotearon la Convención del Partido Demócrata de 1968 en Chicago con la aparición de una de sus militantes portando desnuda una cabeza de cerdo en una bandeja. Realizaron exorcismos públicos y boicotearon concursos de mises, quemaban sujetadores y se negaban a ser fotografiadas con hombres. Ruedas de prensa incendiarias con los medios de comunicación, conjuros y hechizos públicos contra personas y organizaciones involucradas en la industria de la guerra de Vietnam. Participaron en la protesta realizada ante la bolsa de Nueva York bajo la cabecera Wall Street is War Street, donde lanzaron un hechizo con el propósito de hundir la bolsa (paradójicamente ese día la bolsa de NY cerraba con pérdidas, lo mismo que el día siguiente). Y poco después, en ese mismo año, efectuaban otro hechizo público contra la empresa United Fruit Company, una empresa vinculada a regímenes dictatoriales en el tercer mundo.
Sharon Krebs, W.I.T.C.H., Convención del Partido Demócrata. Chicago 1968 |
La vida de W.I.T.C.H. fue corta e intensa. Tan solo dos años, los que van de 1968 a 1970. Una aventura que terminaba con el inicio de una nueva década que traería consigo una fuerte campaña de represión gubernamental y la formación de grupos contraculturales armados. Las brujas desaparecían antes de que esto ocurriera, pero dejaban un legado de literatura feminista de tremenda actualidad. La brecha estaba abierta, la dirección tomada, y un nuevo paradigma iluminaba el camino desde lo más recóndito del lado oscuro.
Cuando te enfrenteas a una de nosotras
¡te enfrentas a todas!
EL HECHIZO W.I.T.C.H.
Doble, burbuja, guerra y escombros.
Cuando te enredas con mujeres te metes en líos.
Somos condenadas por asesinato si se plantea un aborto.
Condenadas por vergüenza si no tenemos un hombre.
Condenadas por conspiración si luchamos por nuestros derechos.
Y quemadas en la hoguera cuando nos levantamos para luchar.
Doble, burbuja, guerra y escombros.
Cuando te enredas con una mujer estarás en líos.
Maldecimos tu imperio para poder hacerlo caer.
Cuando te enfrenteas a una de nosotras ¡te enfrentas a todas!
Pasa la palabra hermana
Artículo publicado en : ChopperMonster
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